viernes, agosto 10, 2007

Alejandro

Cada ves que mi mente nombre tus letras divaga el alma...
Será porque aún existes aunque sea un poco.
Fuiste tan importante en mi vida, aún sin serlo y sin saberlo.
Te hice el amor tantas noches .. y días
Y armé mil maneras de raptarte de donde te escondías.
Amé tus brazos adolescentes
Y tus ojos de gran señor,mirando a través de tus lentes estas,
nuestras locas vida.
Escuché tus historias lentamente una a una.
Y compartí contigo mis sábanas escondidas.
Miré tu nombre en mi mesenger diez mil veces.
Un dedo puesto en las teclas y otro en el corazón.
Lloré a tu lado y reí de tus chistes tontos.
Y ahí estabas, cada ves que te necesitaba.
Y me abrazaste cuando tuve pena,
y enjugaste mis lágrimas cuando lloré.
Y aunque el frío o la noche nos hacía añícos los pies fríos
... allí estabas...
Alejandro.
Y hoy te pongo el nombre, hoy que soy libre
de amarte en mi espacio y en mi mente.
Mi amigo, mi amante, mi niño...
Me ensañaste a tener fé nuevamente
y cambiaste mis días y mis luces.
Me dijiste que habían "dos cristales" para mirar la vida,
y como un caleidoscopio, tu corazón entró en el mío...
una mágica noche...
abrazada en tu cuarto, lamiendo tus heridas, como hermana.
Y decidí seguirte, hasta que el invierno helara los corazones.
Y los vientos cambiaran de sur a norte.
Pero déjame decirte, sin vergüenza que te quise
tanto, tanto Alejandro...

... 0 ...

Y decidí dejarte libre...
como el viento joven que mece los árboles.
Y ser feliz hora que estás mas fuerte
y yo también.
Te mereces algo mas que este pecho
lleno de heridas.
Pero te guardo en mi pecho, mi niño.
Con esa calidez del primer sol del invierno...
esa calidez,
que regalaste al invierno,
que tenía en mi corazón.
Siempre te querré, aunque no lo sepas,
mi amigo, mi amante, mi hermano, mi niño.
(Gracias por haberme ayudado a remendar mi corazó, aunque no lo supieses)

Mi Escorpión de los 20 años... (Adolfo II)

(estracto.. el resto lo tienes tú)
II
Y recogí lo que me quedaba de niña,
tonta, creí que podía tener algo mas de ti.
Recogí lo que me quedaba de orgullo y me puse la careta,
de que no te amaba, que no eras nada.
Cómo dolió entender que aún eras de ella
y que yo no era nada.
Cómo dolió el no poder amarte,
como le dolió a la niña amarte.
Dolía no poder ser. Y tú pensando en ella...
Y tus labios y tus brazos en cada caricia, fueron para ella
en mi cuerpo.
Y te odié, estúpido, por haberme enamorado el alma
por haber respetado mi cuerpo.
Y en esa frase "no eres ella" mataste un pedacito de mi corazón.
Dolió y mucho el haberte amado, mi primer amor,
mi primer hombre, mi primer amante.
Dolió mas compartirte con ella, el fantasma al que no
pude ganarte.
No me negé el dolor de nuestra historia, y una tarde de lágrimas,
quise ahogar el recuerdo de tus brazos en mil
pastillitas de colores.
Que no me mataron... pero me dejaron inválida
del alma... por algún tiempo.
Y asi seguimos varios años, sin amarnos ni perdernos.
Hasta que un día mi corazón te quiso perder del todo...
y al fin fuí libre de tu hechizo.
A veces te recuerdo y pienso... ¿que habrá sido de tus ojos, hechicero?

Adolfo

I
Quiero nuevamente
tus labios recorriendo mi pecho helado
acariciando cada átomo de mi piel
Quiero sentir tus manos tibias, recorriendo
furtivas aquellos espacios desconocidos,
incluso para mi.
Quiero sentirme como aquella ves,
tan prefundamente mío,
tan profundamente tuya, tus ojos
atravesando los míos dejándote atacar sin
defender mi corazón.
Te quiero como ayer, a ojos cerrados sentir
tu nombre, y sin palabras decirnos todo.
Te quiero como
ayer tan lejano de mi mundo, tan lleno en
tus asuntos y yo esperándote
en el mío, queriendo que me entiendas.
Te quiero así como te conocí,
quiero tus manos y tu piel, quiero tus ojos
y tus labios, durmiendo mi corazón de niña,
despertando mi corazón de mujer.

Para Gerardo...

Amigo, extraño consuelo
de noches sin pasado,
de días sin futuro.
Para mi alma viajera,
eres la suave madrugada.
Eres manantial cristalino
Para mis pesares de alma en pena,
como un refugio en la tormenta,
el paraguas en mi lluvia.
llegaste de ningún lugar y
te vas hacia donde,
se que seá por un tiempo,
que será finito.
Sin embargo me abrazo
desesperadamente a tus alas
de mariposa en vuelo
Sin miedo a caer,
porque he caido...
Sin miedo al destino..
porque ya he llegado.

Sonrío por Tí...

Cierro los ojos...

afuera el sol después de la lluvia.

Claridad, suavidad,

besos tibios de sol en mi cara.

En mi alma caminan mil hormigas

que me hacen reir.

Y te pienso... asi simplemente

y sonrio porque eres.

... Porque estás.

... Porque respiras en mi cuello.

... Porque tus brazos y tus piernas.

Y porque si, nada mas... por ser feliz.

Sonrio.